Como se ha mencionado anteriormente, las relaciones interpersonales aportan elementos importantes para el desarrollo de la estructura del sí mismo, sobre todo en la edad escolar y en la adolescencia. Al interactuar con la gente vemos nuestro reflejo en ella, es decir, podemos reconocerlas como personas que tienen vivencias parecidas a las nuestras y que posee virtudes y comete errores también.
Hay algunas personas que se vuelven modelos para nosotros ya que muestran cualidades que admiramos y que consideramos no nos sería fácil adquirirlas. Así que a veces podemos preferir a quienes pueden aportarnos aquellas virtudes que sentimos que nos faltan, o que a través de su trato podremos saber como ser parecidos a ellos.
En esa interacción es posible encontrar referencias de personalidad y también elementos de compañía, comprensión y contención emocional. El grupo social de referencia en el que nos involucramos, por lo regular nos provee de aquellos componentes con los cuales nos hacemos parte de un todo mayor que favorece nuestro desarrollo emocional. El grupo de amigos, sobre todo en la adolescencia, nos aporta sensaciones de pertenencia, y es dentro de este que nos sentimos comprendidos y acompañados en nuestro proceso de crecimiento. El intercambio de ideas, pensamientos y reflexiones acerca de la vida, posibilita que el individuo tenga una visión tan amplia como personas conozca, sobre todo si estas provienen de diferentes contextos. A través de las interacciones humanas podemos descubrir opciones diferentes para desarrollarnos en la vida: puntos de vista distintos acerca de los temas relevantes, la posibilidad de tomar caminos diversos para nuestro desenvolvimiento profesional o vivir relaciones amorosas que enriquecerán nuestro desarrollo emocional.
Además de todo lo anterior, las interacciones humanas nos confrontan acerca de aquello que aún no hemos resuelto en nuestra vida: tristezas, heridas, duelos, enojos. Al conocer y relacionarnos con muchas personas, nos enfrentaremos a conductas y actitudes diferentes que nos llevarán a la primera referencia (la primera persona) que las tenía y eso puede facilitarnos sanar lo que duela siempre y cuando aceptemos el reto y soltemos aquella emoción, dándonos la oportunidad de aceptar a otras personas con esas características, reconociendo que también son singulares. Cualquier herida emocional puede sanarse, sólo se tiene que admitir, enfrentar y soltar.
Muy bueno, Gracias!
ResponderEliminarJaja simon
ResponderEliminarSúper bien
ResponderEliminarMamalin
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